Asosiación Española de Agentes Forestales y MedioambientalesAsosiación Española de Agentes Forestales y Medioambientales

¿Dónde están los Agentes?Desde 1965 no se había registrado una primavera tan lluviosa y tan fría como la que hemos vivido este año, lo que ha ayudado a que a estas alturas del verano apenas tengamos noticias sobre incendios forestales. Una vez llegada la conocida como temporada de incendios, las lluvias habían ayudado a mantener el terreno forestal húmedo, pero nunca hay que bajar la guardia. Y quienes permanecen alerta, los Agentes Forestales, no descansan y miran con recelo cómo pueden afrontar la segunda parte del verano.

Podemos agradecer las pocas noticias que estamos teniendo este verano sobre incendios a la buena labor de los Agentes y a las condiciones metereológicas que han hecho que esta primavera se recuerde como de las más lluviosas en los últimos años. Pero si miramos las condiciones en las que el cuerpo de Agentes desempeña su trabajo, podemos agradecer que sean pocas las desgracias que suceden.

La prevención de incendios forestales es una tarea que debe realizarse durante todo el año. De poco sirve tener una alerta temprana y unos medios eficaces si no existen tareas preventivas que ayuden a que la extinción del fuego sea controlable. La realización de cortafuegos, la limpieza de los montes e incluso las quemas controladas son algunas de las labores que deben realizarse cada año para evitar daños mayores. Desgraciadamente, hay que asumir que va a haber incendios. Algunos tendrán su origen en causas naturales, como los rayos. Pero una gran parte estarán provocados por el hombre, ya sea por una negligencia o de manera intencionada.

Durante las campañas de siega del cereal, por ejemplo, los Agentes trabajan para concienciar a los agricultores de varios peligros; en primer lugar, la protección de pollos de especies protegidas que suelen anidar en los campos sembrados, como es el caso de los aguiluchos. Por otro lado, dar información sobre acciones como no cosechar con las cuchillas a ras para evitar el choque con piedras y el inicio de un incendio que podría evitarse. Esta labor de concienciación, de educación ambiental, supone también una prevención. Si hay algo que pueda evitarse, debe evitarse.

Según el informe de WWF Los incendios del siglo XXI han dejado de ser un problema estrictamente ambiental para pasar a ser una emergencia civil. Las estadísticas recogidas durante el 2017 presentan en un informe provisional datos que señalan el año pasado como uno de los más catastróficos del decenio, registrando un total de 13.793 siniestros. Como pudimos ver en los incendios del año pasado en Portugal, que se saldaron con más de 60 muertes y este mismo verano al menos 79 personas ya han perdido la vida en Grecia. Quienes arriesgan su vida por proteger el medio ambiente del fuego y de otras amenazas se enfrentan a las llamas en condiciones poco alentadoras, por no decir peligrosas.

En el caso de España, nos encontramos casos en los que un director de extinción acude al incendio en un vehículo oficial, sin rotativos de emergencia. El lamentable estado de la flota de vehículos es uno de los puntos más señalados por los Agentes de varias comunidades autónomas. El estado de la ropa técnica que debe protegerles, la peligrosidad de algunos servicios y el escaso reconocimiento son algunos de los factores que han llevado a los Agentes a manifestarse e incluso a la huelga. Este verano los Agentes se enfrentan a numerosos problemas, siendo uno de ellos el silencio. Este año está dejando polémicos titulares que muestran las dificultades que tienen que enfrentar los Agentes. Es normal encontrar a los Agentes como “el CSI del monte” por su importante labor en la investigación de incendios forestales. Las BIIF (Brigadas de Investigación de Incendios Forestales) cuentan con un reconocimiento mediático pero la falta de medios y la situación laboral eclipsan su trabajo. Y no son los únicos: un claro ejemplo es la inacción y abandono que denuncian los Agentes en Andalucía, ante el progresivo envejecimiento de la plantilla y de la flota de vehículos, lo cual pone en riesgo su propia seguridad. En Galicia, la situación ha pasado de las manifestaciones que reclaman una mejora de las condiciones laborales a la huelga, la cual puede ser indefinida en pleno verano. No olvidemos que Galicia es la comunidad que más incendios sufre. Los desencuentros con el gobierno en Castilla La-Mancha, los problemas que arrastran en la Comunidad Valenciana o la espera continua en las conversaciones que mantienen AEAFMA y sindicatos con los diferentes gobiernos a lo largo y ancho de todo el territorio nacional suponen un esfuerzo añadido a una profesión que lucha por mantener y proteger el medio ambiente a pesar de todos los impedimentos.

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