Los hechos fueron aclarados gracias a la intervención de un Guarda Forestal de la Diputación, que en sus funciones de policía judicial investigó los hechos e interpuso la correspondiente denuncia.
La sentencia considera probado que el autor golpeó a los perros con un objeto contundente en la cabeza y los abandonó en el bosque.
El pasado 24 de enero, un vecino de Álava daba aviso a un Guarda Forestal sobre la existencia de dos cadáveres de cachorros de perro que se encontraban abandonados en una zona boscosa. Inmediatamente, un Guarda Forestal se desplazó a la zona encontrando los cadáveres y llevando a cabo las oportunas diligencias de investigación para intentar averiguar lo sucedido y salvaguardar las pruebas oportunas. Tras realizar una inspección y reconocimiento del lugar, descartando indicios de uso de venenos y otras pruebas concluyentes, el agente actuante constató que los animales tenían fuertes fracturas en el cráneo, probablemente causadas por golpes contra un objeto contundente.
Desde un primer momento, las evidencias que apuntaban a un presunto delito de maltrato animal hicieron que por parte del agente se procediera a realizar el levantamiento de los cadáveres y su posterior traslado a dependencias de la Diputación, continuando con la investigación pertinente para intentar averiguar el responsable de la muerte de los animales, no como se ha publicado en diferentes medios de comunicación, atribuyendo erróneamente esta investigación a la Guardia Civil.
Las pesquisas realizadas y las entrevistas a personas del lugar llevaron al Guarda hasta el presunto culpable, que disponía de una perrera en la que en días anteriores habían sido vistos los cachorros. Tras la correspondiente inspección en la finca, y no sin soportar insultos y amenazas que también fueron denunciados, pudo comprobar como la madre de los cachorros, con similares características físicas, aun se encontraba en la zona. Tras el interrogatorio, el presunto responsable reconoció que la perra tuvo una camada con 10 crías, y que se deshizo de 8 de ellos como alimento para los jabalís, y que se quedó con los dos encontrados muertos con el objetivo de “destetar” a la madre.
Por último, la necropsia realizada por el Instituto de Medicina Legal de Valencia y el análisis de muestras de ADN tomadas, confirmaron la causa de la muerte y la identificación genética de los animales, constituyendo nuevas pruebas definitivas para la sentencia final.
Agentes Forestales y Medioambientales de toda España continúan día a día luchando contra el maltrato animal en el medio rural y natural, interviniendo dentro de sus funciones para proteger a muchos animales silvestres y domésticos, y como en este caso, actuando como de policía judicial para conseguir esclarecer los hechos y poner a los responsables ante la justicia.