Fuente: Diario Sur
Agentes Forestales y de la Guardia Civil de Sierra Almijara localizan y ponen a disposición judicial a otros dos de los participantes
Es una historia de picaresca española, que parece más propia de otras épocas. Todo comienza con el sonido de dos disparos en plena Sierra Almijara, perteneciente al Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, que comparten las provincias de Málaga y Granada. Un Agente Forestal lo escucha y se dirige directo al lugar de donde proviene. Le da tiempo a ver a varias personas que escapan en un todoterreno y a identificar a otros dos. A unos metros aparece un macho de cabra montés, abatido de un tiro.
La reconstrucción posterior de la Consejería de Medio Ambiente y del Seprona de la Guardia Civil ha permitido descubrir una trama de cacería ilegal para turistas cinegéticos extranjeros. Según los datos a los que pudo acceder este periódico, la jornada de caza estaba preparada para dos visitantes rusos, que habrían pagado una elevada suma de dinero (no revelada, aunque ascendería a miles de euros) para participar en una montería en este paraje natural. A parecer, estos habrían sido convocados sin conocer realmente que estaban en un paraje natural y ante una especie protegida.
El Agente Forestal que vigilaba esa zona observó primero a un individuo con un rifle en la mano. Poco después escuchó dos disparos y observó como el hombre que empuñaba el arma y otros dos varones más subían a un vehículo todoterreno y abandonaban la zona de manera precipitada.
Tras inspeccionar la zona localizó un ejemplar macho de cabra montés, abatido, por lo que llamó a la patrulla del Seprona de la Guardia Civil de Motril y denunció los disparos de un presunto cazador furtivo y la muerte del animal. Agentes del Seprona de la Guardia Civil localizaron el vehículo todoterreno e identificaron a los dos imputados, que reconocieron haber estado en el lugar de los hechos. Las investigaciones, además, desvelaron que había otras tres personas implicadas: un vecino de Murcia, que al parecer se dedica a organizar cacerías a nivel internacional; y dos ciudadanos rusos.
Por estos hechos quedaron a disposición judicial en calidad de imputados (no detenidos) los dos varones, de 47 y 40 años de edad, respectivamente, que son vecinos de Almuñécar y Ogíjares (Granada), como los presuntos autores de un delito relativo a la protección de la fauna, al cazar de manera furtiva a una cabra montés en un coto de la Sierra Almijara, en el término municipal de Otivar.
Los investigadores consideran que los dos españoles identificados habrían actuado como guías locales para facilitar la montería de los dos extranjeros, que habrían participado en una presunta modalidad de «turismo furtivista». Este tipo de actividades son altamente lucrativas: según los datos aportados por los técnicos de Medio Ambiente, se pueden llegar a pagar hasta 7.000 euros. La Junta está instruyendo un expediente, que supondrá una fuerte multa, que ronda los 3.000 euros más el valor del trofeo, que en este caso fue muy alto, por tratarse de un macho adulto de cabra montés.
Microchips contra los furtivos
Para ayudar al seguimiento de la especie y evitar el furtivismo, la Consejería de Medio Ambiente tiene en vigor un plan de marcado mediante microchips de las cabras montesas de Andalucía. A muchos ejemplares machos, que son los más deseados, se les introduce en el cuerno (mediante un pequeño taladro) o en el cuello uno de estos localizadores digitales, mientras que otros llevan collares GPS. De esta forma, si es abatido por un cazador se puede ver rápidamente el origen real, y si su caza estaba permitida.