Los forestales denuncian que el 40% de los incendios no se investigan por falta de medios
Exigen más personal, más guardias y la renovación de un parque móvil que arrastra una antigüedad media de 14 años.
Los agentes reclaman su condición de autoridad para asumir la investigación de los siniestros.
Escasez de medios personales y materiales, falta de formación, falta de agentes especializados, y un parque móvil obsoleto e insuficiente. Este es el panorama descrito por los Agentes Forestales y Medioambientales de la Junta de Castilla y León con el que este verano se han tenido que enfrentar a la temporada de alto riesgo de incendios en la provincia de León que se cerró el pasado 1 de octubre con un total de 197 fuegos que arrasaron cerca de 4.990 hectáreas.
Un informe remitido por el coordinador de los Agentes Forestales y Medioambientales de de CC.OO de Castilla y León, Ricardo Fernández, describe la actuación de estos profesionales en la extinción de incendios forestales, con especial incidencia en la investigación de las causas, y en la precariedad de los medios con los que afrontan su trabajo, lo que impide que se investiguen las causas del 40% de los siniestros. Este alto porcentaje explica que durante esta campaña no se haya producido ninguna detención, y tan sólo se hayan imputado a dos personas por su relación con algún incendio forestal en la provincia.
Dadas las «numerosas dificultades» con las que, según el informe, se han encontrado en esta campaña, los agentes reivindican la ampliación del tiempo de trabajo, el número de los medios de extinción y de las guardias de incendios. También exigen la renovación «urgente e inmediata» del parque móvil, ya que cuenta con una antigüedad media de 14 años, la reposición del 100% de trabajadores funcionarios y laborales, formación continua en las tareas de extinción, sobre todo en la extinción de grandes incendios, y la creación de los puestos de agentes especialistas en investigación de incendios. Otra de sus peticiones incide en la incorporación a los decretos que determinan la cuantía de las guardias de incendios. «Nos referimos a las sentencias que obligan a la Junta a no rebajar este concepto más del 4%, cuando ahora, a pesar de las citadas sentencias, retribuye hasta un 24% menos por este concepto a agentes, técnicos, conductores y celadores, con respecto a las cuantías del 2011», denuncia el responsable de los agentes en CC.OO.
En primera línea
En el momento en que se tiene conocimiento de la existencia de un incendio forestal, sea por aviso del Centro Provincial de Mando (CPM), por observación directa o por otro medio, el agente de guardia en la zona, se desplaza el lugar y comienza a movilizar los medios de extinción que se consideren precisos, como helicópteros, motobombas, cuadrillas de extinción o bulldozer, y comienza desde ese momento las labores de extinción. «El conocimiento del medio, la experiencia, formación en extinción de incendios y su condición de agente de la autoridad, determinan que los agentes sean el personal idóneo para dirigir la extinción», asegura Ricardo Fernández,
Según relata en su informe, una vez en el lugar del incendio, el agente organiza la extinción, distribuyendo los medios de manera que esta sea lo más eficaz posible. Si el incendio adquiere determinadas proporciones o afecta carreteras, poblaciones u otras infraestructuras, se persona en el incendio un técnico de guardia, que asume la dirección técnica de la extinción, la Guardia Civil, la UME, medios asistenciales, unidades de comunicaciones etc, pasando el Agente a asesorar al técnico o en otros casos a dirigir algún flanco del incendio. Entre tanto otros agentes de guardia ya se han acercado a la zona para dirigir a pie de llama la actuación de los diferentes medios de extinción. Sin poder cuantificar de manera exacta las veces que los agentes asumen la dirección de la extinción durante toda la duración de aquel, por mi experiencia en el Bierzo y las opiniones de compañeros de otras zonas, la dirección de la extinción es asumida en un 90% de las veces aproximadamente por estos funcionarios.
Desde el momento de la llegada al incendio, se comienza a observar las posibles áreas de inicio del incendio, ayudados por testimonios de alertantes o vecinos, de las fotografías que desde los helicópteros se realizan, etc, para poder comenzar las labores de investigación. En el caso de poder determinar claramente el área de inicio del incendio , se delimita , si es posible, para que no desaparezcan las pruebas que puedan existir en la zona.
Una vez extinguido el incendio, se procede, a la mayor brevedad posible a inspeccionar el área de inicio, a recoger testimonios sobre el origen del fuego, para realizar en todos los casos una Ficha de Inspección Ocular. Si de esta inspección se concluye que se puede determinar la causa y el origen del incendio, se comienza la elaboración del Informe Técnico de Investigación de Causalidad de Incendios Forestales.
Este informe, comienza por fijar con certeza el o los puntos de inicio con GPS, ayudados por la inspección anterior, los testimonios o fotografías y la aplicación del técnica de” determinación de las evidencias físicas de evolución del incendio”. Una vez hecho esto, medido el perímetro del incendio y tomados el resto de muestras, testimonios o datos que se consideren pertinentes, en los días siguientes se procede a la realización en la oficina del Informe Técnico, que ordena estos datos , descarta razonadamente otras posibles causas , recaba información oficial de la climatología del momento del incendio, determina mediante tablas del índice de probabilidad de incendio forestal, aporta documentación fotográfica y cartográfica del incendio y en base a todo ello se determina la causa del incendio.
En este verano se han realizado cerca de 40 informes técnicos de investigación de causalidad de incendios forestales, por parte de los agentes de la Junta.
Este informe, puede ser remitido por los agentes al juez de instrucción de guardia en la zona o al fiscal si se supone una infracción penal, mediante la realización de un atestado, a la Guardia Civil o Policía Nacional cuando se colabora, y a la Junta de Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, para en cualquier caso, continuar con las diligencias oportunas para delimitar las responsabilidades de la causa del incendio si es posible.
Todas estas actuaciones se realizan durante la época de riesgo alto de incendios forestales, que va de julio a septiembre. «Sin embargo el 40% de los incendios se producen fuera de esta época y los medios de de extinción y de disponibilidad de agentes es, en el caso de que establezcan guardias y se movilicen medios, de un máximo de un tercio de los de la época alta, lo que hace que no se puedan desarrollar apenas la investigación y que los medios y agentes sean totalmente insuficientes para la extinción», asegura Fernández.
Para el responsable sindical de este colectivo otro factor limitante en la extinción, es la antigüedad y precariedad de los vehículos utilizados por los agentes. «Tienen una antigüedad media de 14 años trabajando por montes y pistas forestales, lo que ha hecho que, por ejemplo en la extinción del incendio de La Cepeda en el mes de julio, algunos de los agentes de la zona de Benavides, tuvieran que trasladarse a la extinción en sus vehículos particulares», relata Ricardo Fernández.