A estas alturas de la campaña de incendios forestales, parece mentira que haya todavía compañeros sin EPI (Equipo de Protección Individual), o estando éste incompleto o caduco; sin emisoras, o teniéndolas sin batería de sustitución; que haya agentes en oficinas sin poder salir al campo a realizar sus funciones, por no haber vehículos disponibles…
Si no se dispone de EPI o de alguno de sus componentes fundamentales para la seguridad del trabajador, no se puede trabajar en labores de extinción (instrucciones de Riesgos Laborales e Inspección de Trabajo). Pero es que, además, aquellos compañeros que sí lo tienen, lo hacen con equipamiento caduco que no se ha procedido a su renovación, cuando es obligatorio para la empresa hacerlo. De esta forma se pierde, para la lucha contra los incendios forestales en nuestra región, un potencial humano profesional extremadamente importante.
Más grave aún es, como así nos lo han comunicado algunos agentes, que haya Bomberos Coordinadores (jerárquicamente por encima del Agente de Guardia) que estén permitiendo trabajar junto al frente de llama a los agentes que sufren estas carencias.
Un operativo de extinción de incendios forestales tiene que estar siempre comunicado, no es así con todos los Agentes del Medio Natural que participan en las labores de extinción incluso dirigiendo dicho operativo, pues algunos carecen de emisora portátil (no siempre se tiene el vehículo oficial al lado para transmitir instrucciones), y si la tienen, sólo están provistos de una batería, cuando en otras Zonas del Plan INFOEX tienen hasta tres, y nos consta que, guardando polvo, el C.O.R. (Centro Operativo Regional) almacena innumerable número de ellas en sus dependencias. Y es que, si en medio del incendio se te agota la batería, y no tienes para reemplazarla… Un operativo incomunicado puede llegar a ser un operativo muerto.
Y en cuanto a los vehículos, debido a que la urgencia es disponer de ellos para los agentes en funciones de guardias de incendios, existen localidades que carecen de coches para la salida ordinaria de sus compañeros que no se encuentran de guardia, teniendo que permanecer en la oficina, por lo que no pueden atender al administrado en el campo, ni proceder a la vigilancia de sus sub-zonas como es debido; habiendo en otros municipios coches de sobra para los agentes, o incluso proveyéndoles los servicios territoriales de vehículos sustitutorios procedentes de Secretaría en algunos casos, y en otros negándose a hacerlo.
Además, muchos agentes de nuevo ingreso carecen de credenciales que atestigüen ante el ciudadano su condición de agentes de la autoridad, ya sea para entrar en fincas cerradas o para denunciar hechos que pueden constituir infracción o delito. O meramente para identificarse a petición de aquél. Asimismo, a estos compañeros igualmente no se les ha provisto de todo el uniforme.